miércoles, 8 de agosto de 2012

10 days*

Anoche, más o menos a esta misma hora, estaba mirando Marley y yo (adivinaste, esta entrada se va a tratar de perros). Para mí, esa película es de ese tipo, que no me pondría a ver en cuevana ni me la bajaría, pero si la engancho por en la tele, la miro. Hasta hace poco yo nunca la había visto, hasta que la vi y me hizo pensar acerca de un montón de cosas… Verdaderamente, un ser tan simple como es un perro, puede llegar a ser lo más incondicional del mundo. Aunque a veces no todo el mundo lo vea así, como mi viejo… Verán, hace ya unos cuántos años (yo estaba próxima a cumplir 5 años) tenía un caniche. Siempre fue muy nervioso y vivía mordiendo a todo el mundo, contrariamente al otro perro que teníamos, un ovejero precioso. Hasta que un día, el caniche me mordió feo… Terminé en la clínica, con un punto en el labio y sin perro. Por muchos años pensé que mi viejo no iba a aceptar más otro perro en casa, pero por suerte, gracias a mi poder de convencimiento y mi interminable insistencia, recibí a Timmy como regalo de cumpleaños, y las cosas fueron diferentes.
Llegó a casa con tres meses, hace 7 años (ahora se cumplen exactos) y ahí volví a sentir, ya siendo más grande, lo que se sentía tener un compañero tan fiel e incondicional. Puede que no sea el más obediente, el más lindo o el más inteligente, pero yo aún así lo amo. Como dijo Owen Wilson casi cuando termina la película: “un perro no busca cosas caras, ropa de marca o autos lujosos; con comida y agua estarán bien. No les importa si sos lindo, feo, inteligente o estúpido, dale tu corazón, y él te dará el suyo”. Yo no soy linda, ni soy brillante, no tengo una mansión y puede que no sea la mejor persona del mundo, pero a él no le importa; con que le dé una tostadita o que lo deje subir a mi cama, yo lo acaricio y me responde con un amistoso movimiento de la cola.
Puede sonar tonto, pero a él recurro siempre que me pasa algo. No es un psicólogo ni tampoco un amigo para aconsejarme, obvio, pero yo no lo considero sólo como un perro corriente, es MI mascota; le hablo, le cuento lo que me pasa, y se da cuenta cuando estoy triste o le digo algo contenta. Me mira, me busca, y siempre encuentra una forma de que me sienta mejor; con su peluda compañía me basta. Quiero pensar que cada uno de ustedes, lectores, si tienen perro, sienten lo mismo que yo. Un perro no es un accesorio de moda, ni un juguete, ni sirve para matarlo de hambre, atarlo o castigarlo; es un amigo fiel e incondicional hasta el último latido de su corazón. Admito que más de una vez me enojé con el mío, le grité o tuve que recurrir a la fuerza para que suelte algo que no le pertenecía o porque se había mandado una macana muy grave, pero yo lo amo, jamás quisiera lastimarlo ni abandonarlo. Sé que no va a vivir para siempre, ojalá sería tan longevo como yo, y me mata la idea de que llegue el día que no lo vea nunca más (algo relacionado con esto voy a escribir, pero un poco más adelante…), por eso cada vez que puedo me hago unos minutos, lo mimo, le hablo, le juego… A ustedes, que tienen perro. Aprovéchenlo, nunca saben cuando pueden perder a un gran amigo. Acuérdense de esa película a la hora de hacerle alguna maldad o de castigarlo… Es un llamado a la reflexión para todas aquellas veces que dijimos algo malo de ellos o no los valoramos como deberíamos…
Para cerrar, les dejo un tema de los tantos que me gusta escuchar cuando estoy con él; no tendrá significado con la letra ni nada, pero simplemente me gusta… Y bueno, una foto de nosotros :3



2 comentarios:

  1. termine de leer y fui a acariciar a mi perro :)

    ResponderEliminar
  2. Aaah! Mas hermosa ésta entrada! :') Mi peqeña cachorra ya está durmiendo, mañana le cuento que encontré una loca que ama a su mascota como yo :D! . Saludos! C:

    ResponderEliminar

Dejar aquí tu comentario te hace formar parte de este blog, ser otra cabeza aplastada que deja su opinión y una parte de su esencia. Muchas gracias!
Para pensamientos huecos, estúpidos y poco constructivos, ahorrate la molestia, acá no son bienvenidos (: