lunes, 10 de marzo de 2014

Entrada de aclaración sin título

Antes de publicar la entrada real, me gustaría decir un par de cosas. Primero que nada, y por más que sea tarde, quería desearles a mis lectores un muy feliz 2014. Particularmente (y me he dado cuenta con el correr del tiempo) yo tengo más/mejor  suerte/fortuna/éxito/como sea que quieras llamarle, los años que son pares, por lo cual, siento que este año va a ser tan bueno como los anteriores. Segundo, y relacionado con el primer punto, el viento de cambio llegó y me pegó de puta madre. Sobre el mes de enero se va a tratar mi siguiente entrada. En un principio iba a escribir esa entrada y, esto que estoy escribiendo ahora, iba a ser una aclaración chiquita antes de empezar con lo importante, pero al ver que la “aclaración” se me fue alargando, decidí hacer esta por un lado, y la “importante” por otro.
Tercero, y por millonésima vez, debo pedir disculpas. Me veo obligada a pedirles disculpas, a mis lectores declarados y fantasmas (aquellos que me leen desde el anonimato). Creo que ya es sabido, ya que lo dije y lo hice saber varias veces, que DETESTO el abandono de blog. Lo odio con todo mi ser y va en contra de lo que me gusta. ¿Por qué digo esto? Sencillo. Hace ya algún tiempo me topé con un blog (o mejor dicho, una persona) que argumentaba que el hecho de tener un blog era una modita pasajera. Se traduce algo así como “me hago un blogger, escribo cuatro pelotudeces de dos renglones cada una que denoten lo vacías que son mi existencia adolescente y mi cerebro, y después lo sentencio al abandono, una vez que considere que ya pasó de moda”. Sin comentarios. Les cuento que hay personas que no tenemos la voz, ni los recursos, ni los medios para decirle al mundo lo que pensamos, y lo hacemos por medio de esta página. No porque mis entradas o las de cualquiera sean de vital importancia, pero hay blogs que son muy interesantes, que hablan de temas variados, y al ser opiniones interesantes, estaría copado que tengan un gran alcance (aprovecho el espacio para promocionar dos de esos blogs: http://readthestoryonmyskin.blogspot.com.ar y http://inconsciente-ccolectivo.blogspot.com ).
Ahora, volviendo al tema de las disculpas,  ¿por qué se me da por decir esto? Porque en reiteradas ocasiones, ya sea por medio de ask o twitter (incluso chat de facebook) me preguntaron por mi blog, si ya publiqué tal o cual cosa, me recomendaron cosas para desarrollar, y hasta me preguntaron si se me ocurrió dejar de escribir. Les respondo. NO. Yo no abandoné el blog, ni lo voy a hacer. El hecho de adentrarme en actividades como pintar o leer no es sinónimo de abandono. Me desintoxiqué del vicio y la sed de computadora que me consumía todo el tiempo. Yo seguí escribiendo, lo sigo haciendo y lo voy a seguir haciendo, el tema era la pc. Tenía que cortar porque me consumía, pero ahora vuelvo. Quiero volver, medidamente claro. Quiero compartir con mis lectores temas varios, quiero contarle al cibermundo mis ideas, mis puntos de vista, mis indignaciones, mis ficciones, mis historias reales, quiero volver a intercambiar opiniones (con gente que esté dispuesta a hacerlo, claro), resumiendo, sí, quiero volver.
Tengo entradas, ideas y borradores. Viejos y nuevos. Tengo temáticas tan trilladas como el aborto y la religión, y otras que no tanto, como una que alaba al cerebro humano. Tengo ficciones a medio hacer y otras que apenas se están hilando… Tengo tanta inspiración dando vueltas en la cabeza que a veces la vomito; escribo una frase que luego se convertiría en título de entrada, o en la primera oración de alguna. Y así es que solamente, en mi cuaderno de borradores, tengo 13 títulos/posibles títulos sin contar este que estoy desarrollando ahora. Y sumemos dos ficciones hechas en un blog aparte, y el sinnúmero de documentos de Word que revolotean en mi carpeta “Escritos”.
Cuarto y último ítem, hace referencia a otro tema (igualmente trillado), al cual no debería prestarle atención, ni tendría que reparar en eso. Que me refiera a él ahora no significa que le dé importancia o algo así, sino que ahora, en este preciso momento, mientras vuelco estas palabras en mi cuaderno de borradores, son las tres en punto exactamente y me dirijo a mi casa en tren, cuyo viaje tarda una hora o más. Y como podrán imaginar, no tengo mucho para hacer. Entonces quiero cerrar la entrada dedicándome a un tipo de personas. Ya hablé de los que soportan la idea de la modita pasajera, los que me leen habitualmente y les sugerí dos blogs que me encantan. Ahora toca hablar de los anónimos. Ya sea por acá o por ask, hay personas que por creerse vivas (o por cobardes, da igual) deciden hacer comentarios ofensivos hacia mi persona, expresándose como neandertales, dándome opiniones pobres y poco constructivas sobre lo “mucho” que me conocen. Para que se imaginen: hay gente que cree que me conoce por lo que lee en mi blog. Y me pasó, hace poquito, de tener que fumarme un híper-comentario careta de alguien que se cansó de mi “doble discurso”. No sé, no me banca pero me lee y me sigue en twitter, y me molesta en ask. No entiendo.
Ahora, la razón por la cual quise tratar este punto es la siguiente: esta persona de sexo indefinido leyó la crítica que le hice a una conocida marca de ropa interior (click aquí para leer) por una campaña que hizo, hace un tiempo atrás, y me recriminaba que yo le había comprado productos. Sintetizando, que era una careta por eso, y que ese “doble discurso” es lo que no se bancó de mi parte. Primero me lo puso en ask, a lo que contesté “yo compro donde, cuando y lo que se me antoja”. Si bien ESA campaña no me gustó, en el sentido de no compartir lo que comunicaba, no quiere decir que odie a la marca, o sus productos. Son cosas diferentes. Y así quiero decir que, todo aquel que discrepe conmigo, que quiera puntuarme algo, que me hable por donde lo considere. Así, de forma civilizada, podemos hablar cuando gusten. Los comentarios poco constructivos y los insultos por ask, aparte de ser una chiquilinada, denotan la poca cantidad de neuronas que un individuo tiene en funcionamiento. Oh, y antes de terminar: aquel que crea conocer a una persona por las cosas que comparte en este sitio (u otros similares), sepa que se equivoca. Para eso está la comunicación; hablen, pregunten, y sáquense las dudas.
Ahora sí, me dispongo a desarrollar las entradas en serio. Tengo una en puerta que si no la publico hoy, la publico mañana. Nuevamente perdón, pero cada tanto, cuando se me llena de polvo virtual el blog, me gusta aclarar por qué no actualicé durante tanto tiempo. Espero volver a ser lo que era, y otra vez, espero comentarios coherentes. Y como dijo una amiga mía hace ya tiempo: mi blog no es una democracia. Lo que quiero se queda y lo que quiero se va.

Gracias por su atención.