lunes, 12 de noviembre de 2012

La Niña Perfecta


Recién, y como es habitual en mí los domingos a la noche, me encontraba haciendo zapping y me encontré con un canal que, en los últimos meses, me vino gustando mucho; Infinito. A pesar de que ahora estoy mirando muchísimo menos la tv, admito que este canal me entretiene y en muchas ocasiones además me informa. Pero hay veces en las que no entiendo cómo pueden pasar un programa así.
La Niña Perfecta es un programa de estética, el típico en el que pasan concursos de belleza de nenas chiquitas, hasta más o menos 8, 9 o 10 años. Ese en el que las madres frustradas se desviven por vivir su sueño a través de sus hijas, porque su nena sea la mejor y sea la que más se luzca, sea por la belleza, la ropa, el talento o el circo que se montan a los jurados con cosas como “yo deseo la paz mundial”.  Yo siempre repudié este tipo de concursos (y programas, vale también) en donde el caretaje y la plasticidad de las mujeres es la que se premia y la sabiduría, la cultura y la inteligencia son dejadas de lado, donde son todas flacas tetonas con los labios inflados y pestañas postizas, donde sólo vale la superficialidad y demás cosas… Pero en el caso de las nenas chiquitas, más que asco, me da pena.
No sé si sea porque mi niñez siempre estuvo lejos de un concurso de belleza, porque mi mamá jamás estuvo interesada en llevarme a este tipo de eventos (y yo menos) o porque antes no se hacían, pero estas cosas me apenan mucho, porque hacen que las nenas desperdicien este tiempo de sus vidas tan lindo. Sé que los tiempos cambiaron y que la infancia ahora poco y nada tiene que ver con la infancia que vivimos los nacidos en los tempranos 90’ (cosa que profundizaré más adelante con otra entrada), por lo que creo que debe ser ese uno de los principales motivos de estos concursos.
Yo en mi niñez era una normal, como cualquiera. Fui al jardín, a la primaria, jugaba con nenas y varones, iba a cumpleaños y a las casas de mis amigos, andaba en bicicleta, miraba dibujitos (de calidad, no como los de ahora) y mi relación con la tecnología era casi nula, ya que no disponía de los aparatejos de ahora, y los pocos que tenía, no los usaba tanto. Jugaba al fútbol con mis amigos (en los recreos de primaria hacíamos partidos mixtos y lo pasábamos de lo mejor), jugaba con mi hermano mayor, a veces a los golpes, a veces al SEGA (y posteriormente la play 1). Nunca me gustaron las barbies, ni los “bebotes”; poco me identificaba con las princesas y el rosa. Siempre tenía alguna que otra curita y vivía con las rodillas raspadas y moretoneadas. En fin, esos son algunos de los factores que indican que tuve una infancia hermosa, y podría decir que no me faltó nada… Ahora, me pongo a pensar en estas nenas y da pena.
Al margen de las diferencias entre las infancias de las épocas, creo que ellas no tienen tiempo de hacer nada de una nena normal. Poco tiempo para el juego y la recreación de una nena de su edad: si no están ensayando los números de baile para la próxima gala (porque la gran mayoría siempre se destaca en el baile) o sea el talento que tengan, se están probando, comprando y confeccionando ropas y vestidos, haciéndose pruebas de peinado y maquillaje, corriendo de acá para allá con sus madres, y algunas hasta se someten a sesiones de depilación y aplicación de bótox (y hablamos de nenas que no superan los 10 años)Les arruinan la infancia así, y las madres cegadas no quieren aceptarlo. Yo a esa edad no sabía lo que era el maquillaje, más que el de fantasía que se compraba en jugueterías, nunca usé tacos más que los de plástico, los típicos de juguete, y menos que menos me puse un corsé. Si bien en mi infancia tardía nació mi complejo de fealdad y gordura, gracias a los forros que me marcaron para toda la vida, de más chica ni me preocupaba por eso… No me fijaba en la belleza exterior en la gente, menos me preocupaba por la mía… No sé si es porque antes eso estaba bien o porque ahora cambió bruscamente. Qué se yo, sigue siendo mi opinión, y me apenan todas las que estén pasando por estas cosas.

2 comentarios:

  1. Dan pena las nenas, Ro.
    Son chiquitas y a qué nena no le gustaba maquillarse y vestirse "linda"? Después, cuando crezcan, se van a querer matar por eso. Quiero decir, van a reconocer qué clase de madres tienen. Unas boludas frustradas.

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  2. Estoy al 100% de acuerdo con vos.
    Mi infancia no se parece ni un poco a los de estas nenas. Lamentablemente pude enganchar poco esos programas, solo en Discovery (y alguno de sus derivados). Esas madres son el ejemplo a no seguir. Las nenas no tienen la culpa, como si putearas delante de tus hijos, ellos no saben si eso esta bien o mal.
    Es una pena que los padres de las criaturas, la familia... familias dejen que eso se lleve a cabo. Más triste es que gente participe de eso como jurado, mucho más... que gente participe y/o asista.
    Debería ser ilegal el manejo que tienen esas madres para exponer a sus hijas a eso.

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