domingo, 4 de noviembre de 2012

Cuando conocí a Mustaine... Gracias a Steve Harris


Hacía calor, y estaba anocheciendo. La cantidad de gente amuchada en la puerta del hotel superaba la que podía imaginar. La ropa negra, las tachas y el pelo largo predominaban en la escena. Yo me sentía como aquella vez que estuve en la valla de Megadeth, pero esta vez estaba apretada entre la gente y una baranda de metal que me llegaba a la altura del estómago, y ya empezaba a molestarme. Los encargados uniformados del Sheraton nos miraban con desdén y rechazo, como si fueran lobos hambrientos que protegen su alimento; bajo ningún punto de vista iban a permitir que alguno de nosotros se infiltre hacia el interior del edificio. Cd’s en mano, guitarras, cuadernos, remeras, todo el mundo traía algo consigo para llevarse con uno o más autógrafos. Estaban todos igual de ansiosos, y con las mismas expectativas que yo.
Sorpresivamente, la aparición de una figura icónica aumentó la locura y el clima de agitación entre los presentes; nada más y nada menos que el mismo Steve Harris, paseándose en bata por el hall, con algo entre los brazos cruzados. Se mantuvo a una distancia prudente de nosotros, con un simple gesto nos hizo callar y amablemente, con un tono de voz fuerte, preguntó: “¿A quién le pertenece esto?” y levantó con una mano el objeto que traía en brazos; un cuadernos forrado, con fotos y frases, algo hinchado por el uso que tenía y un tanto gastado en las esquinas. Era mi cuaderno personal, mi blog no-virtual. Era imposible no reconocerlo; ERA el mío. Con todas mis fuerzas empecé a gritarle: “¡Es el mío, eso es mío, lo escribí yo!”. Mirándome burlonamente con su característica y hermosa sonrisa, les indicó a los uniformados que me dejaran pasar. Mientras trataba de desenterrar la barra de metal que tenía clavada en el estómago e intentaba saltar la misma, muchos quisieron meterse. Intento fallido. A duras penas logré entrar, dolorida como estaba, y lo primero que hice fue abrazarlo. Me temblaban las piernas y estaba al borde de dejar caer las lágrimas. “No llores, vení conmigo” me dijo, mientras me agarró la mano y me condujo hasta el ascensor. Afuera, entre furiosos y emocionados, los fanáticos seguían gritando, pidiendo que salga a firmar.
Subimos unos cuantos pisos, y caminamos por un pasillo largo, muy iluminado y decorado con cuadros y alfombras. Yo no salía de mi asombro, y las rodillas me temblaban aún más violentamente. Seguimos caminando hasta que se detuvo frente una puerta. Al entrar, sentía que iba a desmayarme en serio; el resto de los integrantes de Iron Maiden, me recibieron con una gran sonrisa, y tanto ellos como los que tenían un STAFF en su remera, me saludaron afectuosamente con un beso. Estaban haciendo bromas entre ellos, revoleándose latas de cerveza vacías y palillos de batería.
En un momento Harris le tocó el hombro a Bruce y dijo “es ella”. Ambos me miraron. “¿Vos escribiste todo esto?” dijo Dickinson agarrando el cuaderno. “Sí -le dije tímidamente, sin mirarlo a los ojos-, hay partes de canciones, pero el resto lo hice todo yo”. El resto de la banda sonrió al ver lo que puse sobre su recital, del cual tengo pegado un artículo de diario y una entrada. “Veo que también te gusta mucho Megadeth…” dijo mientras seguía pasando las hojas, viendo fotos y recortes de diarios y revistas pegados. “…Y Mustaine” agrega Harris en tono burlón, codeando a Bruce, y mientras yo sentía que el corazón se me salía, los otros simplemente se rieron. Casi muero de vergüenza. Viendo mi expresión nerviosa, se me sentó Nicko al lado, abrazándome. “No te preocupes, quedate tranquila; a estos dos les encanta hacer bromas”. “Pero es verdad, a mi me gusta Mustaine… Lo amo”. Me sinceré, un poco más desenvuelta. “¿VISTE?” saltó Harris revoleándole un palillo a Nicko “yo tenía razón, entonces vamos a hacer lo que dije”. “¿Lo que dije? ¿Qué dijiste?” pregunté apoyando el cuaderno sobre mis piernas. “Leímos lo que escribiste sobre Dave” dijo simpáticamente Bruce “y podemos hacer que lo conozcas”. No, no, no, mentira. Sabía que eso no era difícil pero… Pero… ¿Conocer a Dave Mustaine? Dios, moriría ahí mismo. “¿Y cómo? ¿Dónde está?” ya fue, me era difícil esconder la intriga. “Vos de eso no te preocupes, yo lo llamo y lo arreglo” respondió Harris con una sonrisa “te lo prometo”. Oh dios, oh dios. “Bueno, yo ahora me tengo que ir” agarré mi cuaderno y me levanté, yendo para la puerta. “No hace falta” me dijo un miembro del staff “podés quedarte en la habitación de al lado”.
Ya de noche, sola en mi habitación, no pude dormir nada. Escuchaba las charlas en la habitación de al lado y me hacía la cabeza.
A la mañana siguiente, me levanté y me arreglé. Cuando Harris tocó a la puerta, me dijo que bajara al hall. Agarré mi cuaderno porque sabía lo que estaba por venir. Salimos del ascensor y apenas dimos unos pasos… Y ahí estaba, parado, de espaldas. Dave Mustaine. Tiré el cuaderno al piso y corrí a abrazarlo. Tenía el corazón a punto de estallar y las lágrimas brotaban de mis ojos como una fuente, nuevamente me temblaban las rodillas. No podía creer que estaba recibiendo un abrazo de la persona que más amo y admiro en el mundo. Intentó calmarme; me llevó hasta unos sillones y nos sentamos ahí. Me besaba en la frente y me abrazaba. Harris se sentó en otro, cerca nuestro, con el cuaderno, y Dave me seguía tranquilizando, y yo llorando con una emoción indescriptible. “No tenés que llorar, está bien” me decía, acariciándome el pelo “gracias por eso que me escribiste”. Justo en el momento que me levanté para agarrar el cuaderno y tener un autógrafo, pasó lo peor…
Me desperté. La familiar voz de mi mamá llenó mi habitación. Levantó mi persiana y me pidió que me levante. Yo, con la cabeza abajo de la almohada como estaba, quería volver a dormirme, quería volver a estar en ese hermoso sueño… El sábado iba a ser un día bastante largo; tenía cosas que hacer, entre ellas, ir hasta el colegio y presentarme en la radio, pero dentro de todo, lo arranqué bien; nunca tuve un sueño tan hermoso como ese.

2 comentarios:

  1. Ay, que envidia que hayas soñado cosas así! Vos soñando con Maiden y Megadeth y yo con cosas re morbosas :( Jaja. Genial el sueño, más si uno de tus amores platonicos es el colo posta ♥ Todas las ganas de que sea realidad, no? Jaja.

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  2. Sos una genia Roch, increíble tu sueño! lastima que haya entrado tu vieja justo en ese momento, jajajaja. Te mando saludos! Ah, y puse el nombre porque todos los santos días puteas 15 veces mínimo por Twitter a los que te responden en anónimo. Suerte!

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