Debido a la inminente presentación que hará Kiss en nuestro país el próximo 7 de noviembre en
River, volvió a salir a la luz uno de los eternos debates que enfrentan a la
fraternidad del palo desde tiempos inmemorables… ¿Incorporar
o erradicar el denominado Campo VIP?
Antes de empezar con la entrada de verdad,
creo que no estaría demás hacer una aclaración: en este caso, yo estoy poniendo
de manifiesto el tema de los VIP, pero en lo que se considera música de verdad
(no me vengan con mierdas teen-pop prefabricadas, las giladas de Bieber, One
Erection, Selena Goma… En fin, ustedes entendieron), ya que, al no contar como
tal, les queda el estrato de ‘ferviente moda entre preadolescentes y púbers de hormonas
alteradas’, ya que todos los seguidores de los nombrados anteriormente, aparte
de no tener idea de lo que es realmente un recital con pasión, tampoco tienen
idea acerca de precios y lo que cuesta conseguir una entrada… Además de no
tener idea de lo que pasión por la música significa… Estás advertido, si
pertenecés a ese grupo, te recomiendo no seguir leyendo.
Ahora sí, arrancamos con la entrada
posta. Veamos,
a continuación voy a pasar a nombrar algunos aspectos que, a mí parecer, según
del lado que se vean, pueden considerarse pro o contra; algunos ganan y otros
salen perdiendo. Para suerte de unos y desgracia de otros, la tendencia de
tener un espacio élite en los recitales de rock crece, lo cual puede generar
algunos inconvenientes entre fanáticos y duros golpes a las billeteras.
1) Espacio. Hay veces que este
tipo de ubicaciones ocupan espacios excesivos en el estadio, microestadio o sea
donde fuere que vaya a realizarse, tanto que en ocasiones llega hasta la mitad
del predio. Hay veces en las que no se llena tanto, “no se copa” como el resto
de las ubicaciones y representa literalmente un pijazo para el resto de la
gente que quiere disfrutar de un show bien, y tener un espacio “vacío” entre
ellos y el escenario es una pena.
2) Fanatismo. Este topic está
ligado al siguiente. Muchas veces, y para desgracia de los que no pertenecemos
a la élite de los VIP, quienes tienen la suerte de asistir a un show en esta
ubicación, son los espectadores ‘más amargos’ por decirlo de alguna manera; no
saltan, no cantan, no alientan, no se mueven, no nada. Y el que es un verdadero
fan, se tiene que bancar la sangre en el ojo por las actitudes de estos forros
que, además de lo nombrado anteriormente, están a sólo centímetros de la banda
(como es en mi caso, fui testigo de esto que estoy describiendo en Aerosmith,
casi un año atrás).
3) Plata. Relacionar puntos 1
y 2. Para desgracia nuestra y dolor de nuestros bolsillos, la diferencia entre
el campo común y el VIP, económicamente hablando, es gigante, o por lo menos la
mayoría de veces. Por un par de metros, que tengas que romperte el ojete para
estar más cerca de tus ídolos no es justo. Además, y como escuché en una radio
hace unos días, no siempre los fanáticos más fieles son los que tienen los
bolsillos más abultados precisamente, y no puede estar cerca del escenario
mirando a su banda favorita por ejemplo, cosa que tampoco me parece justa. Ojo,
siempre se dice que “el que quiere, puede”, pero a veces, cuando se habla de
juntar plata para ir a un recital, no es nada fácil. ¿O acaso se piensan que
los mayores fanáticos de Roger Waters o Paul McCartney pagaron VIP? Lamentablemente
no, por lo menos no todos.
4) Caretaje. Combinar los puntos
2 y 3 (parece un libro de detectives, pero se te va a hacer más fácil
relacionando todos los conceptos). Muchos (créanme cuando digo muchos) son los
giles que van a ver una banda que poco y nada conocen, sólo porque sí, y muchos
de ellos son los que cuentan con la capacidad económica de poder meterse en el
VIP. Reitero, esto es algo que vi yo cuando pasó en Aerosmith, y me fue dicho
que en los Guns fue igual (y seguramente en Roger, Paul, e te ce.). Como toda
esa manga de taraditos, que usan una remera de los Ramones y no se saben un
puto tema, caretean yendo a este tipo de eventos para hacerse los capo, los
pija, y como bien dije, por contar con el capital necesario… Ojo, después, en
el auge del show, no los ves mover la boca cantando ni por casualidad.
…
Sé que posiblemente digas que ya es clara mi
postura hacia estas ubicaciones. Otros dirán que, capaz es más cómodo, no estás
tan apretado, no hace falta que te llegues matando porque, no tenés que comerte
una fila terrible o porque sabés que no va a haber tanta gente, estás ahí nomás
del escenario… No sé, todo depende del punto de vista que sea mirado. Yo personalmente, me opongo firmemente al campo VIP. ¿y
vos?
Es cierto, los que van al VIP son lo mas amargo ( y careta) que hay, en su mayoría. A mi me tocó vivirlo en el recital de Roger, y los de la primera fila parecían estatuas, no cantaban, no entendían nada. De casualidad se pararon a aplaudir al final. Si hubiera sabido antes que iba a haber fecha con campo parado, sacaba para esa sin dudarlo...
ResponderEliminarTe cuento mi experiencia personal que la relacioné enseguida con esto: Como cualquier persona que me tiene en alguna red social sabe, Paul McCartney es el amor de mi vida, MÁS que Dave Mustaine. Cuando vino en el 2010 (segundo mejor día de mi vida), tuve la suerte de poder ir, aunque las entradas no eran para nada baratas. Pero me acuerdo la sensación de haber llorado las tres horas que él tocó en el escenario mientras gritaba y cantaba las canciones, y miraba al VIP de vez en cuando que estaban sentados sin mover un puto músculo facial.
ResponderEliminarAlgo parecido me pasó con Waters, aunque no sentí lo mismo
Estoy TOTALMENTE en contra del campo VIP, por todo lo que dijiste. Aún así, entiendo la postura de los músicos: antes, por elegir la discográfica, te regalaban cosas y era mucho más difícil copiar y por lo tanto no perdían tanta plata. De algún lado la tienen que sacar, ¿no? No me quiero ir a la política, ni a la economía, ni a mi opinión sobre los derechos de autor... pero quizá un fan no tiene en cuenta esto.
Comparto muchisimo tu pensar.
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