Empezando como dije en la review del año
pasado, la emoción arrancó el día antes. Habiendo salido más temprano del
colegio, me dispuse con todas mis fuerzas a dirigirme hacia el hotel donde
estaban alojados los Megadeth, y lo bueno es que no fui sola, fui con Cami (mi
fiel compañera de aventuras capitaleñas). Así como estaba, con el uniforme del colegio, arranqué directamente a la estación de
Coronado. Perdimos un tren, y no fue cosa de 10 minutos esperar a que llegue el
otro. En ese ínterin, me saqué la chomba del colegio, dejando a la vista mi
hermosa (y gastada) remera de “The Arsenal of Megadeth”. Llegamos, y corrimos como forras al
subte, casi que pasamos sin pagar. Esta vez, una vez llegadas al Luna Park, no
hizo falta que recorramos medio Pto. Madero; sabíamos que estaban en el
Sheraton, así que para allí nos fuimos (gracias
al flaco que nos escuchó hablar en el subte y nos indicó como ir en bondi; no
fuimos así pero igual, gracias). Llegamos y vimos una multitud, entre los
que se encontraban mi novio, Flor -mi colega bloggera- y su novio. Esta vez,
no sería tan emocionante como el año pasado, por lo menos para mí. Pese a que
unas horas antes se habían visto a Broderick y a Ellefson merodear por ahí y
sacarse fotos, yo no corrí esa misma suerte (el colo también salió, pero no
firmó, ni fotos, ni nada); como llegué tarde y no estuve tanto tiempo, no vi a
nadie, no entró ni salió ninguno de ellos, pero lo que sí puedo decir con alegría, es
que, mi carta para el colorado deseándole un feliz cumpleaños llegó… Poco me importa si la leyó, pero estoy feliz solamente de
saber que llegó. Pero como también, bien dije antes, sabía que, todavía, lo
mejor estaba por llegar…
Jueves 13. Habiendo dormido apenas una hora y
monedas, sin comer nada,
me fui para el colegio, no sin antes hacer una breve entrada para el blog.
¿Para qué fui dirán? Sólo para no tener una falta, sino media. Mi vieja me hizo
la segunda y me fue a retirar antes (de lo contrario, a las 5 salía y hasta que
me cambiaba, llegaba a la hora de las pelotas al estadio). En mi casa, me
cambié, agarré mi bolso y me maquillé a los pedos, saliendo para la estación
tan rápido como me dio el cuerpo. El tema de este día no era el “gran” apuro;
estando en platea no es tanta la desesperación por entrar primero, pero,
tampoco quería quedarme atrás de todo en los escalones, o que las rejas que
dividían las plateas me tapen; yo quería estar en la baranda, cosa de que nadie
me tape ni me rompa las pelotas a los empujones… Pero más que nada, eran las
ansias de llegar y saber que esta fecha sería algo especial.
Llegué, y estaba mi novio esperándome en
Arata. A todo esto, más o menos faltaban dos horas
para que abran la puerta, y me tocó una de las peores ubicaciones por las que
podía pasar la fila… Me tocó la mala leche de estar justo abajo del cartel de
AAAJ, donde había un puesto de patys… Era sólo un rato, era molesto el
humo y demás, pero como faltaba poco para que abran puertas, faltaban un par de
horas para ver, nada más ni nada menos que al colorado, el día de su cumpleaños, por consecuente, poco me importaba tener
olor a bondiola encima.
SE ABREN LAS PUERTAS. La fila empieza a avanzar, y antes de
entrar al predio, pude ver a Guada
(al igual que el día anterior en el hotel), y logro que las hermanitas Petroff no queden tan atrás en la fila;
quedaron ahí nomás de donde estaba yo, pero para mi mala suerte (o mejor suerte
de ellas), tenían otra ubicación a la mía... Ellas estaban en preferencial. Ni
bien pasamos y mostramos las entradas, había un flaco repartiendo globos blancos
y celestes en la puerta (¿Vieron? El evento que hicieron en facebook no fue inútil, ni el
recital terminó convertido en un 15, como decían algunos forros) y pese a que no
hacía falta, porque no es que iba a estar en la valla, igualmente corrí, contrariamente a las indicaciones de la gente
conchuda de prevención. Llegué a la puerta, me cortaron la entrada (“permitime reina” me dijo el
zanguango) y me aferré a la baranda, teniendo una vista 20/20 del escenario.
Lástima que “por el momento” teníamos que quedarnos sentados…. Y así, hasta que
PUM, todos nos levantamos y nos aferramos a la baranda. Quedé bien agarrada y tenía a mi
novio al lado. Cámara en mano, ansiedad a flor de piel. Perfecto.
Sólo era cuestión de esperar.
Pasaron los teloneros (sepan disculpar, no
fueron ustedes, sólo que geeeeeeeneralmente, no me copan) y me aburrí
como la mejor. Terminaron. Ufff, faltaba menos. La gente ya
empezaba a apretar, probaban instrumentos, la gente gritaba, alentaba, llamaba
al colo, las manos empezaban a transpirarme, la respiración se me agitaba y el
corazón se me salía del pecho. Estaban los que,
debido a la poca distancia entre la platea y el piso abajo, se tiraron de
cabeza al campo. Había unos grandotes abajo que decían “dale, dale,
tirate que te atajo”. Yo quería tirarme, de verdad. Todas las ganas, pero
además, tenía un bolso, y la cámara… Es incómodo estar con eso ahí abajo…
Aparte, al día siguiente yo estaría en el campo. “Dios, Dave, falta nada
para que te vea. Es tu cumple, te vas a lucir. No puedo creer que estés acá, y
menos que yo esté acá”.
Todos
sabíamos que ese día, sería para el recuerdo, estábamos todos a la expectativa. Pasaron un video
en la pantalla gigante en el que Mustaine hablaba de cerca a la cámara,
diciendo una cosa así como “ya nos vemos, ya salimos”.
Estaban
todos locos, ansiosos y desesperados por verlo. Los globos ya estaban, pero no
aguantaron al plan original; se supone que tenían que durar hasta el feliz
cumpleaños final, pero no… Muchos se explotaron antes, y la
gente (me incluyo) los tiraba de todos lados, y se los pasaban de acá para
allá.
Se apagaron las luces. La gente enloqueció. Volaban globos
por todos lados, la multitud rugía cada vez más y más
fuerte; me temblaban las rodillas y el corazón me latía a mil por hora. Un
intenso beso suyo, como broche de la emoción, y ya arrancaba… Una tenue luz
azul iluminaba el escenario y todos supimos que llegaba la hora… Hasta que la
batería de Shawn empezó a sonar. Se me puso la piel de gallina y las piernas me
temblaban aún peor, a pesar de la presión que el tumulto de gente detrás de mí ejercía
sobre mi pequeño cuerpo de un metro y medio. Pese a que estaba lejos de ellos, TODO el
estadio vibró esa noche.
En parte fue viajar a ese ya lejano 9 de noviembre de 2011, cuando los veía por
primerísima primera vez, que abrieron con el mismo tema… Este año, y gracias al
amplio ángulo de visión que tenía, pude apreciar perfectamente todo lo que
pasaba en el escenario (incluyendo las pantallas gigantes); por lo que, por lo
menos el 13, no me perdí de nada.
Para empezar, el mortal combo Trust
+ Hangar 18 + She-Wolf me mató (aunque debo admitir que en esta parte del
recital, el sonido era pésimo); al ser (algo así como) mis canciones
favoritas, es cuando más duro le doy al
pulmón y más rápido se gasta la garganta. Aún así, la cosa recién se iba
calentando, y me estaba gustando… Si mal no recuerdo, en el ínterin que terminó
este ‘combo’ y antes de arrancar con Wake Up Dead, fue la primera de muchas
veces que Mustaine quedaba solo en el escenario y decía un par de cosas, y fue
una de las que yo filmé… Es donde dice que, por ser la
fecha que era, que iba a alargar un toque más y que iba a hacer el Countdown, y
algunas canciones del PS, y lo pude ver perfectamente; el colorado estaba llorando. En mi video no es claro (donde,
casi terminando, se escucha mi voz con fervor “me muero,
está llorando ¡Mustaine está llorando!”), dado a que la calidad de mi cámara no es
la mejor, y que el humo/luces del lugar dificultaban aún más la cosa, pero lo
pude ver más que bien en la pantalla gigante.
Hasta Never Dead fue que aflojé un poco,
para tratar de no quedarme sin garganta (aunque creí lo contrario, en platea se
siente el apriete y la intensidad del campo, aunque en -mucho- menor medida) y
me dediqué a sacar un par de fotos (de las mejores que pude, sin presumir),
hasta que estalló Whose Life y canté
todavía con más fuerza que en el combo inicial; esta canción siento que me identifica
demasiado y se aplica a muchas situaciones de mi vida cotidiana, y al cantarla enérgicamente, saco de adentro un montón
de insultos y golpes verbales, canalizados en una de las mejores letras que leí
en mucho tiempo… Y otra canción que me enloquece, como Public Enemy
-mirad el título de mi blog-, la filmé (el año pasado hice muchos videos, pero
este año, canciones, filmé solo dos -ésta y Symphony-, el resto son cánticos de cumpleaños
y el típico “olé olé olé”).
HABÍA EMPEZADO EL COUNTDOWN; la histeria predominaba
en el estadio y el mosh en el centro del campo se iba haciendo más y más grande
(donde, de un momento a otro, vimos a Leo, el novio de Flor)… Y así arrancaban
con Skin o’
My Teeth. Después se vino el clasicazo e infaltable Symphony. Una
cosa que no me voy a olvidar, y me da gracia acordarme dado a la coincidencia: en el clímax de Architecture of Aggresion,
fue cuando sentí un impresionantemente doloroso codazo en el centro de la
espalda (chicas: justo donde se abrocha el corpiño) y sentí que me moría
ahí, me doy vuelta y veo que están cagando a palos a un flaco (no sé si fue él
o qué carajo, pero que dolió, dolió). En Sweating Bullets fue otro tema en el que dejé el
alma; canté -siguiendo la simpática actuación del colo y todo- y me mandé alto
headbang con la chica que tenía al lado mío, aprovechando un poco para agitar
las chapas (perdoná
flaca, no me acuerdo tu nombre y nunca más me agregaste al fb, pero me caíste
bien).
Para A Tout le Monde, las piernas ya empezaban a latirme del dolor y casi no
tenía lágrimas, pero como tristemente sabía que el show estaba tocando
el fin, decidí poner un poquito de ganas de mi parte y aguantar, así que
igualmente grité, canté y alguna que otra lágrima dejé caer, por lo que es este
tema para mí… Después de todo, me había bancado más de dos horas (contando los
teloneros) parada, apretada, con un dolor insoportable en el centro de la
espalda y con el zobaco de todos que apestaba la altura de mi nariz, y no era
momento para debilidades. Ya en Holy Wars + Peace Sells, tenía que
afrontar la triste realidad del cierre, y aproveché para todo; canté, lagrimeé,
salté, saqué fotos y besé.
Como bien dijo Flor
en la review de su blog [hacer click aquí para verlo],
voy a proceder a citarla: "no puede existir alegría más grande para los
fanáticos de Megadeth que Mustaine haga un recital el día de su
cumpleaños",
y que además, ver que agarra la bandera de tu país con tanto amor y respeto, y
ponérsela a modo de poncho, extenderla o colgarla del micrófono. A pesar de los
rumores y la notable tristeza del colorado en el hotel por pasar esta fecha
especial sin su familia, en el show de
esa noche dio todo de sí. Como bien dije antes, a pesar del sonido, fue un show espectacular y muy emotivo. Entre
canción y canción, aparte de cánticos “propios de cancha” de aliento, amor y
pasión, se escucharon varias veces “que los cumplas feliz…”, y se notaba que
realmente lo ponía contento y le sacaba muchas sonrisas, lo cual también
reflejaba en las sonrisas de sus compañeros al verlo así… Un recital único, hermoso, de dos horas, incomparable a
cualquier otro... Para terminar, y para que realmente sea considerado un
cumpleaños feliz, lo que no puede faltar es una buena torta… Y a pesar de la
confusión de las minas pelotudas que se la acercaron a Broderick, al final el colorado sopló las velitas,
acompañamos mientras cantándole una última y bien potente canción de cumpleaños,
y como frutilla del postre, el colorado tira la torta al público… Sí, la revolea
a la mierda entre sus fans (el novio de Flor, fue uno de los tantos
afortunados de recibir una parte de la cobertura cremosa de la misma) y puede
apreciarse en este video filmado por quien les escribe:
Ya a la salida, y como si fuera poco, a
tiempo recibí una llamada de Guada;
moría de ganas por ver personalmente a Camila,
una de mis más fieles seguidoras (en blogger y twitter) y una tocaya socia del DDD, y por sobre todo,
una muy buena persona que no podía irme sin conocer. Dicho y hecho, le pregunto
a Guada donde está y me dice que me de vuelta, al verla, el abrazo que le di,
lo hice con la fuerza que me venía aguantando hacía tanto tiempo… Ahora sí,
hablando por hoy y por la fecha del día siguiente, digo feliz que, SIEMPRE me
voy a ir de un recital habiendo conocido gente genial y habiendo hablado con
personas buena onda; que están ahí con vos compartiendo tu misma pasión… Y no podía irme a mi casa sin sellar el momento de estar
con dos grosas seguidoras del colorado…
Bueno, Megadeth, ustedes saben lo que son para mí; nunca nadie va a poder bajarlos del pedestal que
ocuparon en mi corazón. Muchísimas gracias por hacer un show tan lindo en
una fecha tan especial a pesar de las dificultades; todos nos fuimos emocionados y con una sonrisa incrustada en la cara,
me hicieron muy feliz, y sé que fue mejor por estar acompañada de la persona
que amo. Ahora
sí, la fecha del día siguiente sería la segunda y última, haciendo el aguante
desde el campo con la esperanza de estar ahí cerquita…
¡LES
AGRADEZCO MILLONES POR LO QUE HICIERON, LOS AMO HOY, SIEMPRE, Y
CADA DÍA UN POQUITO MÁS!
Cada detalle y descripción hizo que volviera el tiempo atrás, como si volviera a ese día que fue hermoso de principio a fin. Simplemente, lo sentí todo de nuevo. Aunque no soy fanática, entiendo la importancia de que el colo festeje acá su cumple y de hecho me emociona por elegir nuestro país. Ro, esta vez TE PASASTE. Excelente entrada, en me alegraste el día con lo de Zanguajo, jua jua. Pero posta, EXCELENTE.
ResponderEliminarHola, como estás? Muy buena reseña, que lástima me da haberme perdido el reci del 13, parece (bah, que parece, estuvo) GE-NIAL. Yo me tuve que conformar con el del 14, que fue TREMENDO, la pasé genial. Uno de esos conciertos en los que vas a hacerle el aguante a una de las mejores bandas y te olvidás de todo lo que te molesta por 2 horas, simplemente hermoso.
ResponderEliminarNo se si me recordarás, pero soy el pibe que estaba con una remera de Sodom, me acuerdo que Guada los fue a buscar a donde estaban en la fila y los trajo hasta donde estábamos nosotros. Ah, y quería pedirte disculpas que cuando te iba a saludar, salude a tu novio y a vos no, me distrajeron y se me re pasó. No me gusta dar una mala imagen de mi persona, y mucho menos que la gente piense lo que no soy.
En fin, muy buena la reseña, cuidate!