Gracias, Martín

Evidentemente, y casi por arte de magia, en las últimas 24 horas a todo el mundo se le dio por amar a Palermo, y para no quedar como una más del montón, preferí no escribir nada en el facebook y poder preparar algo copado acá… Bueno, por empezar, y para los giles que no lo sabían, desde que tengo memoria que soy de Boca: nací bostera y me voy a morir bostera. Y desde chiquita que recuerdo haberlo visto en la tele, escuchar en la radio los partidos… Pero una de las cosas que más tengo presentes, es el hecho de que hace unas navidades (navidad del 2005 fue, si no me falla la memoria) es que pedí la camiseta de boca (hubiera pedido la de él, porque fue el único al que amé siempre -aparte del pato Abbondanzieri, amén a otro grande) y dicho y hecho… Tengo mi hermosa camiseta del centenario… Bien cuidada y bien guardada, obviamente.

Lo único que me da mucha pena, es no poder verte en Brasil 2014, cosa que me hubiera encantado con el alma, pero creo que ya con el papel que desempeñaste en tu carrera profesional, estás para tomarte un descansito. Y ok, está bien, no te conozco tanto como me gustaría como para poder escribirte una biblia, pero el año pasado -me acuerdo- justo después del partido contra Alemania que nos dejó afuera, hice una entrada y te dediqué la mayor parte de la entrada.

En pocas palabras: más allá de ser ciudadano ilustre, de ser buen jugador, mal jugador, de haber marcado un único gol en un mundial, siempre te amé como futbolista y como persona, y con un físico que me atrae más ahora de grande que cuando era joven… Gracias Martín. Puede ser que dejes el fútbol, pero el lugar que ocupas en mi corazón no lo vas a dejar nunca, te amo.

Pd: No, no lo voy a publicar, no quiero quedar como todos los salames del FB que te chupan el culo un ratito y nada más, pero esta entrada, como la anterior, va a quedar en mi blog para siempre, por los siglos de los siglos amén.