Crónicas de una enferma mental

Mis últimas 96 horas.

Día 1, domingo: Un día de puta madre. En primer lugar, por el quince de mi muy querida amiga Chocair, en el cual la pasé genial y comí hasta reventar. Ok, también saqué mil fotos, bailé como hacía mucho no bailaba, me encontré con mis amigos [y también con personas indeseables… Por qué negarlo] y le rompí las bolas a eze todo el cumpleaños tirándole petalitos de las rosas del centro de mesa… Perfecto, una fiesta de la concha de la lora. Luego, ir en el auto jugando al Querés un qui remixado, entre mis ítems estaban: un pétalo de margarita, un panqueque de espinas, un telfax, un cartel de “aquí también la nación crece”. Lo mejor para el final: ida a dormir a lo de la milanesa con la cami. PLUS: capelettinis crudos de carne al buche.

Día 2, lunes: Levantarnos a las 12 (no sé como) acompañar a la milani al colegio e ir a boludear con pratenguex y magui a… Martínez era? En fin, fuimos a comer al mc donalds (sin plata…) tomar un heladox, volver a la casa de milani e ir en busca de su little sister al colegio. Yeeeeees, luego, toda una tarde de paja, más capelettinis, simpsons, el referi del matrimonio, preguntas sobre quién concha es ernesto, sin H,  y usurpaciones de black berry. Fotos, fotos y más fotos, fideos (estos sí, cocidos) y cuartito de helado. Lo mejor de la noche (no, los guisos no): El último exorcismo (***), Arrástrame al infierno (*****) y muchos hamsters y wombats (*************)

Día 3, martes: Levantarme a las 2 y pico de la tarde, comer unas ricas patitas con puré y ver zapping con milanex y maraio es un buen comienzo para el día que queda por delante (ahreloco). Y sí, después de que cami se vaya, me quedé boludeando unos instantes mas con miss milani y luego me fui a mi hogar. Well, as can you see, fue una tarde embole porque no pude salir ni hacer nada, pero me alegró mucho la tarde que cactus, mi fiel amigo barra vecino barra compañero del cole me pase a visitar y hablar un rato de la vida. Ok, cuando salimos en busca de mi preciada revista llegamos a la conclusión de que es una poronga porque no se vende en ningún lado… Pero aún así hablamos mucho y nos divertimos. Noche: una mierda al cubo.

Día 4, miércoles: BIEEEEEEEEEEEEEN, llegó el ansiado día de aventuras con la señorita Casla; pese a que nuestros planes de ir a recorrer galerías Pacífico se cancelaron debido al desconche de trenes que hubo en estos últimos días, no por eso iba a verse afectada nuestra aventura… Después de comer, hablar un toque y darme una ducha rápida, nos encaminamos en nuestra aventura de dos colectivos (casi nos perdemos cuando íbamos a tomarnos el equivocado en Morón) y nuestra charla y caminata por Castelar… A las que luego se unirían Jenny y Dana…. (DANA, JAJA TE AMO FLACA), ir al mc y halagarle las rastas al flaco que pasaba por la calle en bicicleta. JIJI.

Bueeeeeeeeeeeeeeenas noches, o días o tardes o cuando verga te encuentres leyendo este blog de mierda. En fin, paso a contar que en las últimas 24 horas he pasado espasmos en los que me dieron ganas de arrancarme los ojos con pliegues de papel creppé, pero buen, estar con amigas y despejarme un toque me pudo acomodar un poco y llenarme el bache en el corazón que se me hizo anoche cuando un camión que transportaba cocaína volcó y su conductor huyó… Es al día de la fecha que se encuentra prófugo… OKEEEY BITCHES, también les cuento que en el día de la fecha (no, cualquiera, porque lo terminé ayer, miércoles) terminé de escribir mis 100 hechos y confesiones. Mierda, nunca me fui tanto a la mismísima mierda y zarparme tanto escribiendo… Pero en sí, son un par (no boluda, un par no, CIEN) de afirmaciones, anécdotas o simples pensamientos acerca de mi persona que no quería más que compartirlo con el mundo… Bah, que mundo, con los dos o tres pobres diablos que pierden tiempo de sus valiosas vidas leyendo mi blog… Bueno carnales, me despido de ustedes y mañana leerán por fin la puta entrada que vengo preparando hace unos cuaaaantos días.

Viva el porro, prendan fuego muchas iglesias y vayan con Varg,

Cambio y fuera

Pd: descubrí que cuando mi estado anímico optimista es nulo, me sale más fluida la escritura… Y digo pelotudeces galopantes. Holy shit.