Me estaba resultando muy difícil olvidármelo. Estaba dije? Permítanme corregirme, pero me sigue resultando verdaderamente muy difícil. Cada vez que lo veo conectado tengo abstenerme de hablarle, ya que nuestra situación va de mal en peor (o mejor dicho, más peor no puede estar), mi celular ya no recibe mensajes suyos, en silencio se mantiene; mi muro de Facebook lo extraña, ya que hace varias semanas no recibe visitas suyas, ni el más breve comentario. Mails? Llamadas perdidas? Ni hablar, ni en nuestro período ocurrían ese tipo de cosas. Pero lo más difícil era arrancarlo de mi corazón, tratar de no revivir esos momentos en los que paseábamos juntos… sacar ese pedacito que él había ocupado. Por otra parte, a mi corazoncito le faltaba otro pedazo, que era un poquito más grande que el que ya ocupaba; se trataba del que yo le había entregado a él. Más allá de que no tenía idea de cómo recuperarlo, en caso de que sí lo hiciera, ya no podría volver a ponerlo en su lugar de nuevo; tan hinchado por los sentimientos hacia él, tan dañado como una flor marchita y reseca, resultaría imposible hacerlo encajar de nuevo en su lugar. Gracias a múltiples sucesos como el recién dado, mi pequeño órgano bombeador se encuentra lleno de cicatrices, rasguños, puñaladas y como recién he dicho, también, carece de varios pedacitos que han perecido en manos de algún que otro desinteresado actor, en el papel de buen chico. En fin, volviendo al tema, estoy tratando de ensayar una conversación para poder entablar de manera pacífica el día en que, en alguna de esas casualidades de la vida, me lo cruce y pueda por lo menos darle el beso que no pude darle; un tierno beso sobre su mejilla me bastará para poder pulir un poco el brillo de esos días tan bellos que pasé a su lado, esa alegría que emergía de mí cada vez que estábamos juntos, pasando nuestro tiempo sin nada de qué preocuparse: el tiempo no pasaba cuando me encontraba con él, cuando disfrutábamos una simple tarde juntos sin más preocupaciones que tenernos el uno al otro. Lástima que no haya podido continuar, por decisión suya; el no abrirnos en un diálogo personalmente para debatir esta cuestión posiblemente haya sido el factor desencadenante de este no muy feliz desenlace... Las páginas de este libro reseco y gastado sobre nuestra historia quedarán en blanco, hasta que la tinta del destino nos una de nuevo y continúe las líneas, con el fin de cambiar nuestros finales para convertirlos en algo mejor, y que pueda volver a ser lo que fue alguna vez…
sos genial, amore, sos genial escribiendo, sos genial siendo vos, sos genial viviendo. te amo muchísimo muchísimo, más de lo que te puedas imaginar. aunque odio que estés mal, y además no sé por qué, debido a que nunca hablamos.. a pesar de eso, estoy feliz por vos. usas tu blog. bue jajaja re forra era. a ver si esto te ayuda en algo... http://goforitbaby.blogspot.com/2009/12/como-es-tu-corazon.html
ResponderEliminar